sábado, 31 de julio de 2010

¿Por qué comemos más en invierno? Por Elisa Collins

Es un hecho de que la gran mayoría de las personas suben algunos kilos de peso el invierno. Factores culturales, sociales y psicológicos influyen en esta pesada y repetitiva costumbre, que, más encima, se sustenta en alimentos calóricos y contundentes y no precisamente en frutas y verduras.

El acto de alimentarse es una de las satisfacciones más grandes del ser humano y la tendencia general, pese a las alertas médicas sobre la obesidad, es que se suban al menos dos o tres kilos de peso durante los meses de invierno.

Todos han escuchado que el frío hace que el organismo emprenda mayor esfuerzo para mantener la temperatura corporal y por ende, se tiene más apetito. Y la mayoría lo cree. Lo cierto es que en temperaturas extremadamente bajas, que no es el caso de Chile continental, el cuerpo sí necesita un mayor aporte calórico para mantener la temperatura interior. Pero según la nutricionista Isabel Morales, del Inta, en invierno simplemente tendemos a comer más porque las bajas temperaturas disminuyen el deseo de frutas y verduras, lo cual se compensa consumiendo alimentos más cálidos como chocolates y masas. Es natural que con calor la gente prefiera nutrientes refrescantes y que eliminan la sed, como jugos, frutas o verduras frías, que son menos energéticas y ricas en agua. En invierno sin embargo, las personas aseguran que las frutas y verduras les producen frío.


Desde un punto de vista sociológico y cultural, en invierno se oscurece más temprano, hay menos luz y se tiende a salir menos de la casa. Los desayunos y las tradicionales once cobran más sentido y la familia se reúne entorno a sopaipillas pasadas y una panera calentita. Como dice la psicóloga de la U. de Chile Mariana Arancibia, en el verano pasamos mucho más tiempo a la intemperie, disfrutando del buen clima y haciendo actividad física. La comida en invierno viene a compensar toda esa sensación de dinamismo y libertad que se produce en las estaciones más cálidas. A ello se agrega que en verano la gente anda más ligera de ropa y el cuerpo es revelado semidesnudo al mundo; en invierno en cambio, estamos más arropados, lo que permite camuflar esas partes sensibles a los desórdenes en la dieta.


Existen además otros factores de índole psicológica. Dada la falta de luz, las personas se hacen más vulnerables a trastornos del ánimo, como depresiones o manías que conllevan altos grados de ansiedad. Una de las formas en que se canaliza la ansiedad es a través de la mayor ingesta de alimentos, incluso de manera compulsiva. Se ha demostrado que los carbohidratos presentes en pastas, chocolates o pan tienen un efecto directo sobre la conducta. Un equipo del Instituto de Salud Mental de Estados Unidos analizó la influencia de galletas dulces sobre pacientes depresivos. Dos horas después de consumir galletas que contenían 105 gramos de carbohidratos, los sujetos se mostraron más energéticos y con menos tensión. Los expertos coinciden en que los carbohidratos aumentan la actividad de la serotonina, neurotransmisor relacionado con el placer y el bienestar. Como afirma un estudio de Steve y Kim Burns, en 1954 se descubrió que la estimulación directa de ciertas partes del cerebro era sumamente gratificante para el hombre. A esta área se la llamó "el centro del placer". Algunas sustancias como los chocolates, masas, pasteles o pasando a otro nivel, alcohol y drogas, son capaces de estimular directamente los centros cerebrales del placer. Todas las personas experimentan ganas de comer carbohidratos, sin embargo el problema del peso viene cuando esta ingesta no es ordenada y lucha por mantenerse alejada de ciertas delicias hasta que irrumpe el deseo irrefrenable y son capaces de comerse una caja entera de chocolates. En general, después de esa orgía de azúcar, se experimenta una sensación de relajo y saciedad.

Según un estudio realizado por el Inta, si se continúa con los actuales hábitos alimenticios, en el Chile del Bicentenario seis de cada diez chilenos serán obesos o estarán con sobrepeso, superando los 9 millones de personas en total, una cifra que malamente nos posiciona junto a los países del primer mundo. Según la nutrióloga Isabel Morales, lo fundamental es
  • evitar el "picoteo" durante el día,
  • mantener tres comidas principales y una colación entre ellas.
  • Consumir frutas y verduras ya sea en forma de jugos, sopas, cremas o guisos de verduras calientes.
  • En la eventualidad de que el deseo por chocolates y masas dulces aumente, se deben privilegiar aquéllos menos calóricos, por ejemplo, chocolates de leche sin rellenos o almendras.
  • En lo que se refiere a masas, optar por tartas con fruta en vez de cremas.

Imágenes de "comer y adelgazar"

Chica guapas, yo sigo subiendo de peso y sigo sin ir al Gym, de puro frío!!
ánimo a todas!!
Carolina Artesanías
http://www.carolinamaraboli.blogspot.com/
c@

4 comentarios:

  1. Muy interesante...aquí en mi país no vemos las estaciones....hay dos períodos el de calor y el de más calor jejeje...nos alimentamos igual y engordamos igual....anímate Carooo...ya he bajado 4 kilos y me siento mucho mejor.
    Abrazos!!!

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  2. Buena información, gracias por la misma. Y animo! Yo estoy como el juego de los chicos, el sube y baja, una semana aumento y a la otra bajo y así sigo, o sea la ropa una semana me queda bien y la siguiente apretada. ESpero que llegue setiembre y con ello el animo a comer mas light. Animo! Besos.

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